lunes, 18 de agosto de 2008

...a veces...

A veces imagino. Me imagino. Caminando hacia el trabajo, o en esperando el ascensor, me sorprendo a mi mismo con la cabeza lejos, muy lejos. Sueño despierto cuando me aburro, pero siempre hay que ensoñarse con algo decente para no tener que mentir si te preguntan '¿en qué piensas?'. De la misma forma que no podemos parar de respirar o de sentir, yo no puedo dejar de vivir en palabras. Todo es un reportaje, toda imagen de la calle requiere un pie de foto. Todas las personas que se cruzan delante de ti una biografia. Alcaldes, presidentes, consejeros, políticos de tres al cuarto llenan nuestras páginas y no dejan sitio para las verdaderas historias, aquellas que todos quisieramos leer o conocer, pero no se pueden contar en cinco columnas. Es curioso como encriptamos nuestro propio lenguaje. Foto a cuatro, titular a cinco, entrada a dos sin entradilla y un despiece por debajo, y como siempre, sin firmar, que así hay menos problemas si enfadamos a alguien. ¿Te das cuenta de que desconoces totalmente el trabajo que desarrollan las personas que viven contigo, que son tus amigos o tu pareja? Si le vieras trabajar un día entero, no entederías nada de lo que hacen.
Una vez, cuando dije que estudiaba periodista, me dijeron que que interesante, lo de manipular y todo eso. Si pense, manipular a gente como tu, vacia y simple, sin nada en la cabeza. Luego, la besé.

viernes, 8 de agosto de 2008

¿Quién dijo estrés?


¿Estrés? ¿Quién dijo estrés? En el fondo es bueno, te pone nervioso, ansioso, quieres hacer más y mejor, y sobre todo el día antes de irte de vacaciones. Aunque se caiga una catedral, yo de aquí me voy en cuanto acabe de atar unos flecos. Y después de respirar vuelve a tomar aire una vez más, y deja que tus dedos se deslicen sobre las letras del teclado...

miércoles, 6 de agosto de 2008

Tierra quemada


Escribo a diario sobre incendios, inundaciones, sobre asesinatos, muertes en el trabajo, muertes en la carretera. Utilizo estadísticas oficiales, declaraciones institucionales, notas de prensa. Números, datos, cifras, gráficos...personas. Al final te acostumbras y numeras de igual modo hectáreas quemadas que coches vendidos y mujeres muertas, antes de se seque su sangre en las aceras de tu barrio. No es fácil, no es bonito, no es cómodo, no tendría que estar bien, pero te acostumbras. Te conviertes en una máquina. Los muertos en la novela solo mueren en tu cabeza, y puedes volver a resucitarlos. Los que escribes en los periódicos, nunca podrán leer su propia esquela.Pero lo haces igual porque te pagan.

martes, 5 de agosto de 2008



Permanecer estático no sirve de nada. Lo que es una barrera infranqueable hoy, sólo es un recuerdo muerto mañana, y un recuerdo de lo que una vez fue fuerte, no deja ser una paradoja frente a los esqueletos de hoy, pese a quien pese.